Si estás practicando yoga en casa tú sola(o), te recomiendo que antes mires algunas posiciones de yoga, o vídeos de yoga, o si puedes que vayas a alguna clase antes. En cualquier caso, recuerda no hacer más de lo que tu cuerpo puede.
La segunda regla es: RESPETAR TUS LÍMITES, “cada uno tiene cuerpos diferentes y no tiene caso compararnos”. Escucha a tu cuerpo, siempre, él será tu guía durante la práctica de yoga en casa.
Prácticas que podemos hacer en casa
- Partiendo de la misma posición boca abajo y con las piernas estiradas, estiramos los brazos y la espalda, de forma que nuestra columna quede en una especie de curva.
- Parados, con las piernas muy separadas y los brazos extendidos y paralelos al suelo, doblamos una de las rodillas, dejamos la otra pierna extendida. Giramos nuestro cuerpo hacia el lado de la rodilla flexionada, mantenemos, y luego volvemos al centro.
- Incline la cabeza hacia atrás, al exhalar usamos los brazos y los abdominales para levantar las caderas hacia el techo. Con las piernas extendidas intentamos tocar el suelo con la planta de los pies completa. Inhalamos y nos paramos con suavidad, apoyando las rodillas primero.
- Parada con los talones apoyados y las piernas ligeramente abiertas, pon tus brazos por delante de tu cuerpo con las palmas juntas. Intenta bajar tus caderas lo máximo posible, hasta quedar en cuclillas. Inhala y exhala un par de veces, y luego vuelve a subir.
- Parado, con las manos a los lados de tu cuerpo y los pies juntos, debes cerrar los ojos y tomar diez respiraciones lentas. Luego, subes los brazos con las palmas juntas por encima de la cabeza, como dibujando el pico de una montaña.
- Parado con las piernas juntas, sin flexionar las rodillas, inhala y baja el cuerpo, intentando llegar a tocar con las palmas de las manos el suelo.
- Nos acostamos boca abajo, inhalamos y levantamos el cuerpo, dejándolo solamente apoyado en nuestros pies y nuestros brazos, que deben estar paralelos al suelo. Es como una especie de lagartija.